bejo chachichacho

El tercer álbum de Bejo entremezcla personalidad y exploración

bejo chachichacho

El rap español tiene muchos nombres propios y cada uno despliega un estilo y carácter personal propio, pero pocos hay tan extremadamente alternativos como Bejo. El canario siempre ha exhibido un estilo lírico que roza el surrealismo de una manera ociosa y en su tercer álbum de estudio, Chachichacho, lo reivindica además de explorar nuevos ritmos e ideas.

Uno de los primeros elementos que llaman la atención de este proyecto es que se desmarca de sus dos primeros álbumes en extensión. Mientras que éstos tenían una duración aproximada de unos 30 minutos, Chachichacho anuncia 50 minutos de rap atrevido que revela el periodo prolífico que el artista está viviendo (ya que además de sus proyectos propios ha colaborado con una buena lista de artistas este año como Bizarrap o InnerCut).

Bejo abre horizontes en este nuevo proyecto y prueba una gran variedad de géneros e ideas, trabajando el afrobeat en Fyah Fyah, buscando perfeccionar su rap en Rap Largo o divirtiéndose con el trap en Burbuja. El organismo vivo del proyecto funciona mucho mejor cuando se toma con perspectiva: Chachichacho es una impresionante exploración estilística. Sin embargo, cuando analizamos detalles precisos, esa solidez no permanece tan resistente. Por ejemplo, el abuso de procesador de voz en Frío es simplemente estridente y evidencia la ausencia de posibilidad melódica en la voz de Bejo (algo que tampoco nadie le solicita). Es cuando el artista trata de tomar un tono más serio cuando sus temas pierden bastante interés, como por ejemplo en Duele, donde la letra está muy lejos de lo esperado para un letrista tan ingenioso (Tú bien sabes cómo hacerme enloquecer / No te pierdas, quiero más / Pero de eso que yo quiero ya no queda).

Si es criticable esto es porque podemos encontrar la antítesis en el mismo proyecto, en Andando al Andén. Con la colaboración de Sume Beats, Bejo firma una de las letras más ingeniosas y rítmicas que se le han podido escuchar (Andando al andén, al andén andando / De vagón en vagón vagando / A un metro del metro yo la vi / Perdimos el tren, lo dejamos ir). El comienzo del álbum, Avarisocio, es otro de los grandes ejemplos del entorno natural del canario. Chocolate Blanco junto a Kabasaki es una divertida y dinámica canción que nos cuenta la historia de su bombón de chocolate blanco de principio a fin. A pesar de que la exploración de distintos estilos es uno de los elementos más importantes de este Chachichacho, Bejo evidencia estar mucho más en forma en su terreno habitual.

Fiesta en la terraza fue una extremadamente ágil acción del rapero para hablar del coronavirus en su punto álgido. La canción es muy divertida, pero parece más un cántico de chavales borrachos que una canción como tal. Rap Largo firma el final del álbum, un tema de 8 minutos en el que Bejo suelta líneas sobre una base estable. Su diseño es sólido pero carece de referencias memorables, quedando como un listado interminable de rimas curiosas y puntualmente acertadas pero lejos del talento de otras referencias del artista como el memorable Mucho.

Bejo sigue siendo uno de los artistas a seguir en el panorama nacional, pero cabe decir que Chachichacho evidencia que el artista sigue trabajando la música con el fin de divertirse y poco más, lo que suele generar mucha disparidad en sus producciones, firmando genialidades y absurdeces indiferentes en cantidades semejantes. Exigirle algo distinto al canario sería simplemente poco práctico y casi estúpido, pero bien haría en pulir y subir su nivel de exigencia si aspira a presentar su mejor versión.

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Por KUBO

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