
Delaporte impresiona con su proyecto más completo, Las Montañas
Delaporte ganó la atención de muchos hace un año con el lanzamiento de su primer álbum Como Anoche. En un terreno yermo como la electrónica pop en España la aparición de Delaporte era fresca, imaginativa y en muchos sentidos, lo que siempre nos había faltado a los seguidores del género. Ahora el dúo formado por Sandra Delaporte y Sergio Salvi publican su segundo álbum, Las Montañas, en el que evolucionan a pasos agigantados en todas sus facetas.
Aunque ambos proyectos están basados en el concepto de una relación tóxica, la expresividad se lleva a otro nivel en este nuevo álbum. Delaporte experimenta una circunstancia bastante común dentro de la música: mientras el primer proyecto supone un salto al vacío en el que el miedo a fallar suele esconder lo más extrovertido de las ideas de un artista, en el segundo álbum éste se permite presentar una idea mucho más suelta y menos comedida. Ahora, con mucha más libertad por delante, Sandra, vocalista y letrista del proyecto, revela su pasión por la energía, por la diversión y reafirma que estar un poco loco es lo más sano del mundo.
Escuchar este álbum es un continuo «wow, no me esperaba eso»: desde el drum’n’bass al progressive house, con detalles pop y momentos muy experimentales, la musicalidad de este álbum es una sorpresa extremadamente grata. Entre todo ello, no faltan las referencias: podemos escuchar a The Prodigy en Bang Bang, a James Blake en Las Montañas y así muchas más a lo largo de las 13 canciones del álbum.
Las colaboraciones son otra de las grandes novedades del proyecto, pues el proyecto presenta participaciones de Arkano, Ginebras, Ximena Sariñana y PUTOCHINOMARICÓN. Quizás Rica Rica es una de las más llamativas: la aparición de Arkano es, por el contrario, poco interesante como propuesta rap, pero según va avanzando la canción uno acaba involucrándose inevitablemente en el original ritmo de la canción, cayendo completamente enamorado al escuchar la risa «malvada» de Sandra en el final de la canción. Por otro lado, seguramente sea con PUTOCHINOMARICÓN con el que se desenvuelvan mejor y ambos proyectos parezcan fluir de mejor manera en De Dónde Vienes, aunque con Ximena también presenta una canción de muy buen nivel (No Dirás).
En el caso de Ginebras, Bang Bang se trata de la canción más loca y «mindfuck» del proyecto. Aquí Sandra y Ginebras están más cabreadas que nunca y ello se traduce en la sorprendente propuesta de drum’n’bass del estribillo musical, lo que la hace una de las piezas sonoramente más agresivas de la obra. Su continuación, La Bestia, supera todavía más el ardor de Delaporte y entrelaza la dulzura del sueño con el horror y el odio del despertar, presentando una de las canciones que más nos ha gustado.
El Refugio y Las Montañas, principio y final del proyecto, mantienen con claridad una sonoridad propia. Una barrera de sonido armoniosa que las hacen, a título propio, las piezas más bellas del álbum.
Delaporte consigue que su nuevo proyecto no sea un crecimiento discográfico, sino una evolución artística, humana. Letras, instrumentales, concepto, arte, todo ha madurado en apenas algo más de un año que ha sucedido entre los dos álbumes. De esta manera, el dúo vuelve a revelarse como el salvavidas de la música electrónica en español. Dicho de otra manera, Delaporte se reafirma como el mayor exponente del género, sin previsiones de perder el puesto a corto plazo.