paranoid black sabbath
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Recordamos el histórico Paranoid de Black Sabbath con motivo de su 50 aniversario

Empiezo esta reseña el 18 de Septiembre de 2020, hace hoy 50 años, en 1970, se publicaba uno de los discos más influyentes de la historia de la música popular. Hablamos del Paranoid de los británicos Black Sabbath, para muchos el primer disco de Heavy Metal, algunos identifican este hito con el mismo primer disco de los Sabbath o algún coqueteo de Led Zeppelin incluso incursiones algo anteriores. Pero aquí estoy escribiendo yo, así que ustedes me permitirán escribir lo que me parezca.

Antes de empezar es preciso presentar a los protagonistas de Birmingham: Tommy Iommi (guitarra), Ozzy Osborne (voz), Geezer Butler (bajo) y Bill Ward (batería).

Se que parece una jodida reseña de la wikipedia pero me es imposible no dejar constancia de los nombres que hicieron posible esta hazaña. Antes de entrar en lo que nos ocupa, Black Sabbath publicó también en 1970 su disco homónimo, que siempre ha generado discrepancia sobre su clasificación; se ha apuntado mayoritariamente que hablamos de blues rock, otros de hard-rock, otros que es el primer disco de heavy metal, y en el que me incluyo que es también bastante mayoritario es que hablamos de Doom metal, un subgénero del Heavy Metal, que los genios de Black Sabbath inauguran antes incluso que el Heavy Metal. 

Habiendo soltado ya esta chapa, y pidiendo disculpas por ello. Entramos de lleno en Paranoid:

Paranoid es sin duda el primer disco de Heavy Metal puro; temática, sonido y atmósfera crean una pieza única de desgarro, pasión, furia y fuego. Apoteósico, mastodóntico, grandioso, inmejorable, soberbio, magnifico… Los adjetivos para definir este disco siempre ser quedan cortos. Una vez leí a alguien decir que la perfección fue lograda gracias los 6 primeros discos de Black Sabbath, y no le quito razón, pero si la perfección son los seis discos en conjunto este es el santo grial. Algunos pensaran que soy un exagerado, otros que no, pero no dejen de acudir a esta amalgama de sensaciones que es Paranoid, un disco atemporal.

Es difícil hablar de este disco sin vanagloriar lo que ya es un hecho constatado, intentando dar una opinión de primeras cuando has movido la cabeza con su sonido tantas veces, cuando has sonreído sin parar con riffs imposibles y progresiones alocadas. Pero es lo que voy a intentar hacer.

La primera te da en toda la cabeza: War Pigs nos abre la puerta de este magnifico trabajo con una composición de casi 8 minutos. Empieza siniestra, para después elaborar la estrofa con la voz de Osborne abriendo paso cuando le dejan espacio la guitarra y la batería. Una canción anti-bélica como nunca antes se había visto. A finales de los años sesenta EEUU se había convertido en la cuna del movimiento hippie, de estar en contra de la guerra, en especial de la de Vietnam. Los británicos estaban un poco mas alejados de esa corriente, y aunque el movimiento trascendió Black Sabbath, le da una vuelta de tuerca más acusando directamente a los políticos a iniciar guerras en las que no van a combatir, sino que dejaran que los pobres y gentiles lo hagan en su lugar. Pero hay justicia para los Sabbath: al final el demonio se los llevara, la consecuencia de ser unos cerdos, unos cerdos de guerra.

Seguramente nos encontramos ahora con la que es la piedra angular del disco, la que le da nombre y que definitivamente nos hace ver que no estamos escuchando hard rock, que esto es otra cosa. Paranoid es la tesis de lo que se nos presenta: locura incomprensible. Con un melodía de guitarra que no te puedes sacar de la cabeza (cortesía del grandísimo Tommy Iommi). Una canción corta y rápida, que te hace mover la cabeza hacia delante y atrás, que no quieres que pare, porque en cierto sentido entiendes a Ozzy:

“All day long I think of things but nothing seems to satisfy, / Think I’ll lose my mind if I don’t find something to pacify, / Can you help me, occupy my brain?”

Planet Caravan es la oveja negra del LP, pero siempre hacia mejor. Una canción lenta y espiritual, con bongos y punteos suaves. Nos saca de esa locura para calmarnos, para llevarnos a un viaje sin duda psicodélico del que no volveremos igual.

Y de nuevo nos golpean, no quieren que nos relajemos. Otro de los riffs más característicos de la historia del rock, entra en escena Iron Man. Una historia trágica de un hombre que viaja al futuro y observa el Apocalipsis, para luego cuando quiere transmitirlo a la humanidad es ignorado, convirtiéndose en un hombre de metal y causando el Apocalipsis que había visualizado a modo de venganza. Un solo rápidamente nos saca de la historia y conectamos de nuevo con el lado más instrumental y crudo, y otro riff mortal.

La temática de todo el disco es un vuelco a lo establecido a finales de los sesenta: hablamos de muerte, destrucción, del demonio y la venganza de la la locura mental y la soledad, temas que calarían hondo en generaciones posteriores, ya no solo en el heavy metal y el hard rock (que por supuesto), sino en géneros como el punk rock o el post-punk.

Electric Funeral es puro doom; punteos graves que junto con la voz de Osborne lo convierten en toda una epopeya de la muerte. Dibujándonos un mundo prácticamente apocalíptico dentro de una distopía de ciencia ficción condenando a los malvados al infierno y de nuevo el punteo de graves, maravilloso.

Nos adentramos en la recta final de este Paranoid con Hand of Doom, también corte mayoritariamente pausado; siempre he creído que habla de una sobredosis. Es una de las dos canciones que superan los siete minutos de duración (junto con War Pigs) y que de nuevo tiene un riff pesado cayendo algo más hacia el boom pero acelerándose a medida que los segundos caen hacia un hardrock brusco y despiadado.

Rat Salad es una corta pero necesaria parada instrumental. De un corte mucho mas blusero, es el cruce de caminos perfecto. ¿Hablamos de hardrock, de blues rock, de algo nuevo? Es la pregunta que constantemente hay que hacerse con el disco entero.

Terminando los fantásticos 41 minutos entra en escena Fairies Wear Boots, una oda al LSD. Psicodelia cruda y rápida en una historia de hadas y viajes astrales. Otra muestra mas de cómo los Black Sabbath estaban en el tiempo y lugar correctos; una influencia psicodélica salvaje con sus ganas por llevarlo todo al extremo, a la rapidez y a la crudeza.

Un disco redondo, que forma parte de la historia de la música popular prácticamente desde su aparición. Ambicioso, pesimista, anti-belicista y desgarrador. Black Sabbath llevó el rock a otro lugar, del que aun no ha salido ni quiere hacerlo, al mundo de la transgresión, de los gritos y el horror, de la rapidez y la protesta, de atmósferas oscuras que persisten en la memoria de todos los que nos enamoramos cada vez que nos adentramos en el fantástico Paranoid.

Clásicos de la música

Por T. Allman