weezer pinkerton
weezer pinkerton

En septiembre se cumple el 25 aniversario de Pinkerton, un disco que se ha encontrado en la delgada línea del culto más entusiasta al mainstream más casposo. Uno de los puntos más brillantes de Rivers Cuomo y Weezer

Parece algo injusto mencionar a Cuomo únicamente, pero en este caso particular tenemos constancia de que el proceso creativo casi en su totalidad es obra suya, así como toda la lírica, pareciendo justa esta apreciación. Pero entrado en faena; Pinkerton, Weezer, Cuomo, 1996. ¿Qué tenemos aquí? Podríamos resumirlo en un hombre disfuncional, depresivo y frustrado. Cuomo se encontraba en la universidad de Harvard al escribir la gran parte de las canciones, que fundamentalmente hablan de su insatisfacción sexual y moral, con un profundo corte pesimista. Muy criticadas tras su lanzamiento, y elogiadas con el paso del tiempo, aunque siguen teniendo detractores creo yo que por su sinceridad incomoda (sexismo se le achaca principalmente), un hombre que sin hacer malabares habla de su inseguridad en la relaciones interpersonales con un acierto, a mi parecer, sumo. Un disco que retrata la ansiedad y el ridículo a partes iguales a través del amor no correspondido.

Al leer esto uno podría pensar que es un disco para góticos amargados pero no se trata de eso. Cuomo quiere darnos parte de sí mismo, quiere que veamos su ansiedad y tristeza pero también su energía y enfado jugando con maestría con ambos mundos.

Las melodías, los coros y los ritmos por otro lado son poderosas a mas no poder. Un sonido noise que predomina pero combinando constantemente con ritmos mas asequibles cogidos del power pop mas clásico (Big Star) y del rock alternativo más reciente de aquella década (a mí en ocasiones me recuerdan a los grandísimos Pixies).

La obra como conjunto y concepto, hace varias referencias a la cultura japonesa: el nombre del disco es un homenaje al personaje del mismo nombre de la opera de 1904 Madamma Butterfly (Giacomo Puccini) de la que no solo toma prestado el nombre, sino también la portada, que es obra del artista japonés Utagawa Hiroshige.

La obra no deja de transmitir un sentimiento de redención, Cuomo empieza el disco con Tired of sex en una reflexión cruda sobre las relaciones sexuales esporádicas y que mediante ellas no logra alcanzar el amor real y lo acaba con Butterfly en la que directamente pide perdón por cualquier mal causado.

Creo que tiene potencial para enamorar a cualquiera, descubriendo nuevas esquinas en cada escucha y ofreciéndonos parajes violentos y sarcásticos sobre la soledad. Y llegados a este punto y para evitar que esto parezca una reseña de la wikipedia, decir que soy un fanático de la banda y del disco, que lo defiendo y defenderé a ultranza. Que es rabioso y fantástico, catártico y poderoso.

Firma del autor: Escribir una crítica siempre es emocionante, un ejercicio de contención personal sobre lo fantástico o penoso que te ha parecido una expresión artística. Trato de enfocarlas desde la objetividad y la imparcialidad en su comienzo, para finalmente dejarme seducir por la soberbia más insana y decirte, lector, si debes o no prestar atención al mencionado elemento. No por poseer una legitimidad absoluta, sino por disponer del medio escrito como arma, la máxima que has de seguir en este mundo abstracto e impreciso de la critica artística es que te hagas siempre la misma pregunta, ¿Me ha gustado esta movida?

Análisis de álbumes clásicos

Por T. Allman