
Pop, hiper-ecléctico, Calambre es un paso adelante para la argentina Nathy Peluso
La argentina Nathy Peluso está de vuelta con un nuevo álbum entre las manos, un proyecto titulado Calambre en el que la vocalista vira hacia el pop más ecléctico, manteniendo lo más específico de las particularidades que la han hecho popular. En este sentido, este proyecto bien se podría considerar como el comienzo de una nueva etapa para Nathy, un comienzo que coincidió con el nacimiento de este particular año 2020 y que se certifica con este álbum.
Muchos conocimos a Nathy Peluso con temas como Corashe o La Sandunguera e inevitablemente caímos interesados en el estilo vocal tan atípico y especial que inundaba toda la canción. Dos años después de experimentar este factor sorpresa, parece que la argentina le teme a la repetición y por ello crea 12 canciones en las que trata de disparar una bala en 12 direcciones distintas para alcanzar un espectro amplio de público. En ellas, su voz en líneas generales realiza menos rarezas y su sonido trata de crear una propuesta más amplia, para bien y para mal.
Para ello, absorbe influencias de música de los noventa y de comienzos de los 2000, sobre todo de la cultura hip hop que podemos sentir desde la primerísima canción del proyecto: CELEBRÉ. La artista expresa sus miedos al comienzo de un álbum en el que, por el contrario, su personaje está continuamente reivindicando no solo poder sino libertad. Tenemos un giro de 180 grados en SANA SANA, la canción más efectiva y potente del álbum en la que el estribillo permanece como uno de los momentos más memorables del proyecto entero: “y si el FMI me la toca, si creen que van a comer de mi sopa; hip on a hip, hip on a hip, on a hip hip hoppa”. Peluso habla de hachís, de su clítoris y como hemos visto en la letra, hasta del Fondo Monetario Internacional. La parte que da nombre a la canción «sananana» es como una expresión de «don’t mind me, i’m crazy».
La argentina sigue trabajando el personaje de mujer semi-ninfómana hiper-empoderada y lo celebra más que nunca en canciones como BUSINESS WOMAN, primer sencillo del álbum y otro corte basado en los ritmos del rap, pero que tiene su mensaje como máxima expresión: «Soy cabrona poniéndote el culo en la cara, eh / No te avergüences / Tengo poderes» o «Soy una nena mala / Una droga asesina / Me brillan las tetas / Me queres de vecina. / Me gusta el boxeo / La baba, la rabia / Vamos a pegarnos sin los guantes / Sexo sucio, caro carísimo».
Como de costumbre para un servidor, esta retahíla de mensajes resulta mucho menos interesante que piezas más introspectivas como BUENOS AIRES. Reflejo recuerdo de la pieza de mismas características de Bad Bunny, Otra Noche En Miami, la argentina demuestra mucha más humanidad y serenidad alejada del histriónico personaje que desarrolla en otras canciones.
Una dualidad que a partir de aquí empieza a generar sensación de ver intentos en cualquier dirección: SUGGA utiliza los ritmos latinos como la salsa, TRÍO es una especie de bedroom pop francamente extraño, LLAMAME explora el R&B y AMOR SALVAJE por fin regresa al sonido más urbano con el que la artista comenzó a popularizarse. Una circunstancia compleja para analizar, lo que para algunos es una exhibición de eclecticismo y diversidad, para otros será desconcierto y poca capacidad para generar un estilo cohesionado.
¿Cuál será en el caso de Calambre? Seguramente ninguna de las dos, o un poco de ambas. Nathy Peluso siempre ha demostrado interés por el arte, por la expresividad, por la experimentación a través del cuerpo y este álbum es una oda a esa capacidad para probar cosas nuevas, una carta de intenciones dentro de la música de aquí en adelante. A su vez, su publicación a través de Sony, su colaboración con Rels B (ajena a este álbum) y en general el sonido más logrado y mejor producido del proyecto demuestran que detrás de la artista hay un equipo diseñando un proyecto comercial, tratando de intensificar y moderar cada uno de los aspectos y características de la vocalista en función de las necesidades.
Distinto a todo lo que había hecho antes, Nathy Peluso prepara un salto a la gran escena y su nuevo proyecto Calambre resulta una pieza digna para ayudar en ese camino.