Imploding the Mirage The Killers
imploding the mirage the killers

The Killers pierde desparpajo en Imploding The Mirage, pero es lo que hay

Cuando te conviertes en uno de los grupos superestrella de una generación, el paso del tiempo se vuelve un enemigo muy desagradable dispuesto a poner a todo el mundo en tu contra. Empieza a ser el caso de The Killers, que con 16 años de carrera a sus espaldas tienen a su público y crítica más crispado y preparado que nunca para abalanzarse sobre cada nuevo proyecto que el grupo publique en un acto de fagocitación acelerado en el que la mente fría y el juicio objetivo son más bien un recuerdo. Su séptimo álbum, Imploding The Mirage, acierta y deprime a partes iguales, todo depende del ojo con el que se mire.

No es ningún misterio que la banda de Las Vegas vive del synth-pop de los 80 y que su estilo lleva definido desde los inicios de su carrera, motivo suficiente para que rápidamente uno se apresure a decir «su sonido no evoluciona». Pero luego estuvo Wonderful Wonderful, esa obra que al parecer no gustó a nadie, no tuvo ningún éxito y era una rareza que muchos dijeron «esperemos que no lo repitan». Si yo fuera Brandon Flowers diría «¿¡pero entonces qué queréis!?», pero a Brandon Flowers seguramente le importe un comino lo que queramos.

Wonderful Wonderful era un proyecto muy introspectivo y atrevido en muchos sentidos para The Killers y este nuevo álbum parece quedarse con lo que puede del proyecto del 2017, pero decide abandonar los experimentos en estas ocasión. Mientras en Wonderful Wonderful la voz de Flowers sobresalía con una evidencia incuestionable sobre el resto de elementos musicales a través de una grabación vocal muy limpia y clara, en Imploding The Mirage la sensación es que la vocal se ensucia mucho más con el resto de elementos musicales. Un sonido que quizás se podría definir como «más analógico» y que sobre todo se siente en My God, una de las mejores piezas del proyecto en colaboración con Weyes Blood. En esta ocasión, la vocal de la artista colaboradora y los coros son casi uno con la voz de Flowers, muy lejos de la solitaria y agresiva voz de The Man.

Un proyecto con referencias bíblicas en varias de las canciones, como My Own Soul’s Warning, apertura del proyecto y que podría decirsee que recoge esta influencia de The Calling, canción que comienza versando Mateo 9:10, 9:11 y 9:12. Sin embargo, si hablamos a nivel temático de las obras de Imploding The Mirage, los seres queridos de Flowers son incuestionablemente el foco de atención. Su mujer, a la que dedica dos canciones, y los recuerdos de su madre son algunos algunos de los ejemplos evidentes de la intencionalidad de las piezas de este nuevo álbum.

A nivel musical, tal y como hemos ido avisando, no es una revolución estilística para el grupo. Sin embargo, los pequeños momentos de lucidez y atrevimiento que muestra el proyecto son para muchos motivo más que suficiente para afirmar que se trata de un proyecto clásico y renovado a la vez, manteniendo lo mejor de ambos mundos. Sí es cierto que en canciones como Caution, primer single del álbum y una de las canciones dedicadas a su mujer, el grupo muestra sus mejores cartas y finaliza de manera apoteósica con un solo de guitarra distorsionado que permanece como uno de los mejores momentos de la obra. Mientras tanto, otras como When The Dream Run Dry parece haber salido de una partitura robada de la casa de un compositor jubilado que vivió su época dorada en los años 80.

Ni una amalgama de hits ni una pieza atípica de coleccionista, en el fondo el nuevo álbum de The Killers es un fiel reflejo de una realidad humana, la brillantez no desaparece, pero sí envejece. No se puede hablar de un mal producto, pero tampoco de una pieza significativa. Para un servidor ajeno a la controversia de Wonderful Wonderful, el grupo tenía más probabilidades de destacar con una faceta descarada, fuera hortera o altisonante, que de llamar la atención con una incesante repetición del mismo show de año nuevo con nuevos presentadores.

Crítica musical

Por KUBO

La redacción del Kubo Musical es llevada por Miguel Vico. Porque aspiramos a mucho más: imagina, descubre, comparte.