the strokes the new abnormal

Analizamos The New Abnormal, el sexto álbum de The Strokes

«El mundo está cambiando», «la tecnología está revolucionando la forma de entender nuestra forma de trabajar, de entretenernos, de vivir». Hace 19 años que unos chavales de Nueva York publicaban un primer álbum que, seguramente sin esperarlo, transformaba por completo la tendencia de la música rock. Después de tantos años y otros cuatro álbumes de por medio, The Strokes vuelve con El Nuevo Anormal (The New Abnormal de forma oficial) y el nombre del proyecto es un gran reflejo de una buena parte del fondo que ha tenido el primer proyecto del grupo en siete años.

La realidad es que no hablamos de uno de los grupos más cohesionados del mundo. Con un Julian Casablancas que demuestra día a día que su trabajo más dedicado está en su grupo The Voidz y los mencionables conflictos entre los miembros del grupo, no sorprende ni lo más mínimo este amplísimo espacio de tiempo que ha habido entre proyecto y proyecto. No importando demasiado esto, la cuestión estaba en si el grupo volvería de una manera reconocible y con un trabajo digno de ser tenido en cuenta.

Este nuevo álbum de The Strokes tiene dos espíritus, una dualidad muy clara entre el ser clásico y el nuevo. Los nuevos anormales es un título tan preciso como fantástico para un LP que en muchos sentidos trabaja por mantener el espíritu que les hizo tan atípicos y particulares a comienzos de los 2000 pero con nuevos mensajes y nuevas ideas. Seguramente una de las canciones que mejor refleja esto (además de ser de las más pegadizas) es The Adults Are Talking: una canción que tiene ese ritmo y ese espíritu guitarrero incuestionable del grupo pero que trata de invertir esfuerzos en detalles que Julian Casablancas ha ido trabajando a lo largo de los años como es ese tono agudo que emplea hacia el final de la pieza.

Hay muchos reflejos de esta evolución personal de unos artistas que ya encaminan los cuarenta años y que revelan que sus intereses y realidades han cambiado drásticamente. Una canción como Eternal Summer, llena de un sonido positivo y muy refrescante tiene, sin embargo, un transfondo reivindicativo que habla del cambio climático y del futuro: Summer is coming, won’t go away / Summer is coming, it’s here to stay (Hey, yeah, oh) / Lo and behold the salt of the city / Pillars like time are fading away / Symphony building up to a future /Mystery to solve for somebody else (Hey, yeah, oh).

Por mucho que la seriedad trate de apoderarse de The Strokes, la realidad es que siguen sonando mucho mejor cuando el tono festivo y divertido es el protagonista de sus canciones. En un primer sencillo como At The Door el grupo nos pone cara seria y nos avisaba «ahora nos va lo de los temas de 5 minutos y el sonido lúgubre», algo que no auguraba nada especialmente interesante. Una canción como esta es la que hace que hablemos de un proyecto que no podría plantearse como sobresaliente. Sin embargo, en otros temas de también cinco minutos como Ode To The Mets y Not The Same Anymore el grupo se muestra mejor y nos deja detalles bastante particulares que hacen que las canciones sean mucho más atractivas y memorables.

Aun así, en un proyecto producido por el monstruo de la industria Rick Rubin, los temas destacados son algunos como Why Are Sunday’s So Depressing, donde encontramos ese sonido clásico que recuerda a Room On Fire e Is This It y que, sin embargo, no nada suena desgastado. En parte la virtud está también en la utilización de elementos electrónicos como sintetizadores en buena parte de las piezas. Un recurso que, utilizado por si solo no consigue trascender significativamente (como en el caso de At The Door), pero que en conjunción con las guitarras propone nuevas ideas exitosas en el ya mencionado tema o en otros como Brooklyn Bridge To Chorus.

¿Conoces el «álbum» acústico de los Arctic Monkeys?

La anormalidad renovada de los artistas se percibe hasta en la selección de una portada que también emite con un profundo mensaje. Se trata nada más y nada menos de la obra Bird On Money del particular artista Jean-Michel Basquiat. La obra, perteneciente a su segunda etapa, es curiosamente un retrato de Charlie Parker, el reconocidísimo saxofonista que solía ser apodado «Bird». Un amor de Basquiat por el jazz que se revelaba también en el amor que profesaba por otro de los destacados del género como Miles Davis. Esta obra pictórica transmite música, improvisación, transgresión y novedad, así como otros muchos mensajes que iban asociados con la música negra en la segunda parte del siglo XX. Unas ideas que los neoyorkinos habrán encontrado muy interesantes para hacer compañía a su sexto álbum de estudio.

The New Abnormal es imperfecto y humano, un esfuerzo por no abandonar su naturalidad y redescubrirse a diario. The Strokes han regresado con un álbum de gran nivel, con capacidad para permanecer dentro de su discografía destacada y para seguir evolucionando día a día como músicos. Un camino desde Is This It que, con altos y bajos, siempre dejará un recuerdo profundo en nosotros.

Por KUBO

La redacción del Kubo Musical es llevada por Miguel Vico. Porque aspiramos a mucho más: imagina, descubre, comparte.