weezer ok human
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Weezer es una banda llena de altibajos, pero en Ok Human consiguen emocionar de verdad por primera vez en mucho tiempo

Sabemos que vamos un poco tarde con la reseña de Rivers Cuomo y compañía de su álbum Ok Human pero como lo bueno se hace esperar, aquí la tenéis, recién salida del horno.

Cuomo & Co se adentran en el mundo de la música de cámara en un disco corto que es lo que quiere ser, una orquesta melódica con cantos a la soledad y a la melancolía.
Seamos sinceros, Weezer es una banda con más altibajos que el coronavirus. Considerándome fan como me considero de los californianos, siempre se agacha un poco la cabeza cuando hablamos de los últimos trabajos que han visto la luz (sobre todo desde Pacific Dream), ¿Nos encontramos en un alto del camino? Bueno, sin ser la piedra filosofal, creo que OK Human es sólido y trataré de convencerles de esto.

Lo primero destacable es una intrusión absoluta en el llamado pop de cámara a.k.a barroco a.k.a chamber, un género que mezcla melodías y estructuras poperas con una instrumentación que coge prestada de la música clásica y cuyos ejemplos más lejanos y destacables son gigantes de la música popular (Revolver o Pet Sounds, por mencionar algunos) y que goza de una popularidad bastante alta; desde los círculos más hipsters a los boomers de tocadiscos y faria.

Pues bien, en este disco se tiran al vacío para intentar llevar a buen puerto a un género que les es ajeno, y solo por esto ya merecen una pegatina positiva: el hecho de innovar y salir de la zona de confort es siempre de agradecer.

Hasta aquí pinta la cosa decente, Cuomo está confiado y, como si te lanzas, te tienes que lanzar bien, contrata a más de veinte instrumentistas para el álbum, con esos sonidos de cámara que mencionábamos: las cuerdas predominan con violines, violas y chelos pero el viento no se queda atrás con clarinetes, trompetas e incluso un oboe. Un ejercicio completo, eso sin duda.

Líricamente no dista mucho a lo que estamos acostumbrados con Weezer: depresión juvenil, desamor y amor al mismo tiempo, y jarana hipster. La verdad es que sin estar mal ni mucho menos, cansa un poco que, tras mas de 25 años de carrera, Cuomo no haya variado su registro. No es mala jugada, es la vieja confiable; si algo funciona ¿Por qué cambiarlo? Personalmente si que echo en falta algo más de madurez en un tipo que lleva por bandera el aborrecimiento adolescente: Ya lo hemos pillado Rivers, ¿No tienes nada más?

Cambia por otra parte (totalmente de hecho) y cómo hemos señalado anteriormente, la parte instrumental de la banda. Y aquí hay que darle valor, se rodea de profesionales para optar por melodías agradables y pegadizas que le vienen al pelo (y no entiendo muy bien porqué) a la banda en general.

Es un buen disco, esa es la conclusión a la que llego. Y siendo seguidor de la banda me alegra que tengan algo mas de cuerda, porque llevaban sin emocionar desde el álbum verde de 2001.

Review de álbumes

Por T. Allman