woodkid s16
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Woodkid redescubre la belleza del infierno en S16

El francés Woodkid regresa con S16, su proyecto más ambicioso hasta la fecha. Conocido por canciones como Run Boy Run o Iron, el artista, anteriormente diseñador de moda, ha conseguido desmarcarse con una música electrónica muy apoyada en el elemento percusivo. Afirmando que este proyecto llevaba 5 años en desarrollo (su último álbum había sido en 2016 para la banda sonora de la película Desierto), las expectativas se elevaron muy alto para aquellos que veíamos en Woodkid una de las muestras de talento más exquisitas del panorama actual.

A través del lanzamiento de varios sencillos, descubrimos que uno de los elementos esenciales del proyecto sería, de nuevo, el apartado percusivo. Pero lejos de los clásicos tambores e instrumentos que todos conocemos, Yoann Lemoine indagó en el mundo industrial, poniéndose en las botas de clásicos como Einstürzende Neubauten, experimentó con sonidos mecánicos, para crear una sonoridad única dentro de sus piezas. Esa era la expectativa de S16, el lanzamiento de los sencillos Pale Yellow y Goliath anunciaba un sonido nunca probado, una sensibilidad única a través de lo más rudo de la vida industrial. Tanto es así que, por ejemplo, para Pale Yellow el equipo de Woodkid se trasladó al Museo Stedelijk en Amsterdam para grabar sonidos de las máquinas que allí se encuentran mostradas.

Sin embargo, a pesar de ser este un elemento renovador en su música, el lanzamiento de su EP Woodkid For Nicolas Ghesquière – Louis Vuitton Works One el año pasado ha revelado muchas cuestiones de este nuevo proyecto. Lo que el año pasado era una obra maestra, ahora solo resultan retazos de lo que Yoann estaba trabajando para este álbum. Su estilo apoyado en las voces corales, su fuerza, la abstracción de toda su creación, ha perdido un poco de intensidad por sentirse «copiada – pegada» circunstancialmente en una obra anterior.

Con todo ello, Woodkid sigue presentándonos un dulce infierno, una melodía de los horrores de una belleza maquiavélica. So Handsome Hello es una de las grandes piezas de la obra: sucumbir al amor, perder la humanidad por el sentimiento más preciado («You know how to make me crawl / I’m getting drunk in one swallow / You are the devil, Romeo / If you want devotion, you can have it all / Come on, big boy, take control / You are my demise, you are my downfall»).

Su continuación, Horizons Into Battleground, es todavía más imponente en su presentación emocional. Sin tener Woodkid una voz especialmente desarrollada, es capaz de dotarla de una emotividad y sufrimiento poco habituales en la música. S16 se revuelve en la dificultad, en la belleza de la misma, en la lucha humana por alcanzar los sentimientos más sencillos y descubrir la extrema complejidad de los mismos.

Otras piezas como Enemy, Highway 27 o Drawn To You exhiben la sonoridad de la maquinaria que el artista busca y si no hablamos de maestría dentro de este proyecto es porque a la segunda escucha uno se da cuenta que los sonidos son reutilizados y reciclados a lo largo de toda la obra y la discografía del francés: en el fondo, no son tan únicos como parecen.

Cabe destacar que en KUBO consideramos una de las canciones de Woodkid For Nicolas Ghesquière – Louis Vuitton Works One como una de las mejores canciones de 2019 (y así lo seguimos manteniendo). Sin embargo, el descubrir una obra con tantas reminiscencias de este EP ha hecho que S16 perdiera fuerza y, sobre todo, el siempre útil factor sorpresa. A pesar de ello, el francés sigue demostrando su innata capacidad para unir la belleza con el horror, el sentimiento etéreo con la suciedad mecánica, para crear una música de ensueño.

Análisis musical

Por KUBO

La redacción del Kubo Musical es llevada por Miguel Vico. Porque aspiramos a mucho más: imagina, descubre, comparte.