Si de algo teníamos ganas era de contar nuestra experiencia en BIME Pro y Campus, pero hemos querido dejar un tiempo (más que amplio) de maduración y reflexión para tener una opinión mejor fundada sobre todo lo que significa un espacio como éste. Prepararos, porque viene una crónica extensa, muy extensa.
BIME se presenta como lugar de encuentro para todos aquellos que se encuentren dentro de la industria musical o deseen participar en esta de una u otra manera. Independientemente de cuál sea tu ámbito, si estás deseoso de encontrar trabajo dentro de este mundo o, por el contrario, ya te has hecho un hueco, esta convención es sin lugar a dudas una fecha obligada dentro de tu calendario.
KUBO Proyecto Musical pudo asistir a este evento gracias a una beca titulada BIME Pro Campus +. En ella, se incentivaba a jóvenes de hasta 30 años a demostrar su ambición y capacidades a través de un reto que, en caso de ser superado, entraría dentro de la selección de un grupo de 32 personas que podrían asistir a una semana de formación avanzada completamente financiada. Para ser más específicos, debemos remarcar la diferencia entre BIME Pro Campus, accesible para todo aquel que quisiera acceder mediante el pago de una entrada, y BIME Pro Campus +, donde se incluían dos jornadas más de formación exclusiva impartida por altos cargos de la empresa encargada de la organización del evento y el festival, Last Tour.

Si no te suenan (aunque deberían), esta productora es la encargada de otros festivales de gran formato como Bilbao BBK Live o Azquena Rock Festival y su radio de acción se extiende mucho más allá, pues realizan también, entre otras cosas, campañas de marketing para otras empresas y disponen de una discográfica llamada Oso Polita. Es decir, que esta gente sabe. Por ello, no podíamos estar más apasionados de poder asistir a ponencias de los directores de ventas, marketing o booking de la productora. Por si esto fuera poco, hay que tener en cuenta que estas charlas estaban específicamente pensadas para nosotros como grupo y nos permitía disfrutar de un trato cercano con los ponentes.
Esta parte era sin duda la más interesante de todo el evento, pues estábamos el “pequeño” grupo de 32 personas seleccionadas juntos asistiendo a las charlas, conociéndonos y teniendo un trato muy personalizado. Compartir durante días opiniones, ideas y proyectos con gente que tiene tus mismos intereses y que aspira en general a trabajar dentro de la industria musical ayuda a desarrollar increíblemente tu visión de futuro, crear ideas y encontrar a personas que, sin duda, te serán de ayuda en el futuro. Con esta gente convives durante toda la semana, por lo que inevitablemente te sucederán experiencias y anécdotas que afianzarán tu amistad con el resto de compañeros y se crearán multitud de recuerdos que sin duda nosotros nos llevamos para siempre. Aprender en un entorno divertido, interesante y único, quién podría pedir más.
Si bien todo esto suena a fantasía, a nivel lectivo debemos reseñar que algunos de los conceptos impartidos en estas clases resultaban algo básicos, pero se entiende que son el punto de partida para cimentar una formación sin lagunas y completa dentro del ámbito que nos compete. Por ello, no podemos decir que esto haya entorpecido ni de lejos nuestros primeros dos días de formación, teniendo especial utilidad el poder aprovechar para hacer incontables preguntas a los responsables de gestionar y llevar a cabo alguno de los eventos más importantes del panorama nacional.
A nivel anecdótico, la última parte de estas dos primeras jornadas de formación tuvo lugar en la fábrica de prensado de vinilos Press Play Vinyl, prácticamente la única empresa dedicada a este sector dentro de España. Fue interesante conocer cómo funcionaban todos los útiles para la construcción de vinilos, así como poder ver cómo se realizaban pruebas de sonido y tener una conversación muy cercana con el encargado y los trabajadores de la planta, muy amables con nosotros en todo momento.
El miércoles ya conoceríamos al resto de compañeros que estarían con nosotros durante la formación, cambiando a un aula más grande y variando ampliamente el formato. Debíamos ser unos 100 estudiantes allí presentes con ganas de recibir consejos de un equipo de ponentes mucho más amplio y que ya no solo estaba formado por el equipo de trabajo de Last Tour, si no que contaba con otras importantes figuras de la industria como, por ejemplo, Joe Pérez Orive, jefe de marketing de Live Nation o dos miembros del equipo de Sony, así como también figuras más independientes pero relevantes como el director de Ayuken Management o los dos co-fundadores de las destacadas Charlas Mid que tienen lugar en Barcelona y Madrid. Estos nombres solo vienen a certificar que el programa completo se caracterizaba por un altísimo nivel de sus formadores, siendo también una gran oportunidad para acercarse después de las charlas a unos ponentes que indudablemente influencian el entorno laboral de la industria.

Por otro lado, si bien su posición dentro de la industria era una garantía de valor, en varias ocasiones nos sucedió como en las dos primeras jornadas, los conceptos resultaban demasiado difusos o básicos, aunque probablemente el hecho que más sacaba a relucir esto era la concepción de estas ponencias como charlas y no tanto como clases. Algunos ponentes pecaron en exceso de dar conceptos genéricos y que solo tienen utilidad como punto de partida (casi podríamos hablar de eslóganes motivacionales), en vez de impartir ideas concretas y algo más prácticas sobre el trabajo en su campo. Evidentemente, esto era algo ocasional, pues pudimos encontrar grandes ejemplos en los que los ponentes hacían amplias descripciones de las estructuras de sus empresas, explicaciones de su modus operandi y su día a día, así como casos anecdóticos que ayudaban a comprender las situaciones a las que uno se puede enfrentar.

Por otro lado, se debe tener en cuenta que también podía darse el caso en el que ciertas charlas simplemente no te resultaran interesantes por el hecho de que la formación está pensada para abarcar prácticamente todos los planos de la industria y quizás uno solo tiene interés por dos o tres de ellos. Por otro lado, a la vez que sucedía el campus, tenían lugar todas las ponencias y charlas de BIME Pro, así como la presencia de stands muy interesantes en los que poder conversar con los responsables de muy diferentes tipos de proyectos.

Aquí es donde encontramos uno de los puntos más complicados de valorar de la experiencia, puesto que, para poder asistir a la gran celebración final que significaba el festival BIME Live, tenías que estar presente en el 80% de las ponencias, calculándose que esto equivalía aproximadamente a la posibilidad de poder faltar a dos clases. Realmente el tamaño del evento y la gran variedad de oportunidades nos pedía una mayor flexibilidad en este sentido, muchas veces te sentías algo coartado por esta asistencia obligatoria a ponencias que no eran tanto de tu agrado en comparación con otras alternativas.

Es difícil de criticar, puesto que es comprensible que el equipo de Campus quiera que la gente asista a las ponencias, ya que al final del evento se entrega un diploma de formación que certifica que has estado presente en esas charlas y, por tanto, has adquirido una serie de conocimientos concretos. Sin embargo, por otro lado, algo fundamental de BIME Pro es hablar con mucha gente de la industria y aunque se puede entender que los asistentes a campus todavía se están haciendo camino y formándose, estas oportunidades son demasiado interesantes como para ser dejadas de lado. Sobre todo teniendo en cuenta el intensísimo horario del campus, habiendo clases desde las 09:00-10:00 hasta las 17:00-18:00, disponiendo de muy poco tiempo para intentar compaginar ambas facetas del evento.

Dejando esto de lado, nuestra estancia en Bilbao durante toda la semana fue una experiencia completamente increíble y, como se puede certificar en nuestras crónicas de BIME City y Live, la ciudad se transforma en una pequeña meca de la música donde una gran parte de la industria está reunida compartiendo reflexiones y vivencias. Los números avalan al evento, que cada año crece y se va certificando como el evento por excelencia del país.
Para todos los que pudieran estar valorando ir, es un lugar donde tienes que estar si de verdad quieres participar en la industria musical. El primer año es complicado, seguramente conocerás a muy poca gente (si es que con suerte conoces a alguien) y todavía te pillará desprevenido el funcionamiento de todo el evento. Para estos caso, así como en el caso de que no te pudieras permitir lo que supone el viaje y los costes del evento (aunque nosotros lo visualizamos como una inversión muy productiva), debes apostar por la gran posibilidad que significa BIME Pro Campus +, una increíble oportunidad que te ayuda a iniciarte dentro de este ámbito, empezar a conocer gente que se suele encontrar en las mismas circunstancias que tú y empezar a ganar intuición sobre el funcionamiento de este tipo de eventos. Además, reivindica tus cualidades al haber sido incluido entre los 32 seleccionados para la formación, por lo que no podemos considerar más valiosa la oportunidad que se nos otorgó. BIME Pro Campus + fue un punto de inflexión para nosotros y muy seguramente lo será para muchos de los que participen en los próximos años.