lev matadero

Redacción: Diego Espinosa

Quizás el domingo 20 de octubre hubiese transcurrido como un día más en la capital si no fuera por que se daba cita ese fin de semana en Matadero Madrid la vanguardia internacional de la creación audiovisual, el Festival LEV (Laboratorio de Electrónica Visual). Un evento en el que pudimos encontrar todo tipo de experimentos completamente diferentes a lo que normalmente se vería cualquier otro domingo.

Mentiría si no os dijese que fui con cierto escepticismo a este evento. A mi entender siempre que se emprende un camino nuevo existe una fina línea (cada vez más difusa) que divide  la creación entre locura o genialidad.

El primer “loco” al que vi el domingo en la Plaza Matadero fue a Bvdub. A este bohemio DJ norteamericano no sé si fue solo por la actuación o quizás también por el clima que no acompañaba demasiado, con una intermitente lluvia, pero me dejó bastante frío. Una actuación marcada por unos excesivamente largos y descafeinados “loops” en los que no encontré sonidos que no pudiera encontrar dentro de la escena electrónica actual.

La siguiente en subirse al escenario fue Lucie Antunes junto con su banda para presentar el proyecto Sergeï. Una chica francesa cargada de instrumentos de percusión, placas de aluminio y todo lo aporreable que uno se pudiera imaginar. La chica era una locura a las baquetas. Tan pronto estaba tocando la batería que la veías arpegiando en una marimba y en un xilófono al mismo tiempo con dos vaquetas por mano mientras tocaba el bombo de la batería. Su música era un popurrí tan amplio de estilos que era difícil identificar cuáles. Sin duda me pareció de lo mejor del día.

Una vez terminado este frenesí rítmico y aprovechando la tregua que me ofrecía la lluvia era un buen momento para realizar la parada para comer. Ya que después tocaba asistir a esta vez a una sesión de cine experimental en la Cineteca. Una vez terminada la pausa entramos a una pequeña sala y entonces empezó la proyección. Unos créditos iniciales no dejaban duda de la mente detrás de este largometraje, Laurence Lek.

El título no podría ser más descriptivo, AI-DOL. La película trataba temas interesantes para someterlos a debate como problemáticas actuales en los ídolos como el “fan service”, pasar de moda… y los relaciona con otros dilemas de la inteligencia artificial y como ésta podría, quien sabe, adquirir la habilidad creativa humana y hasta superarnos. La película está hecha con programas de modelación de gráficos de videojuegos y cuando la vimos tuvimos la sensación de estar viendo una cinemática larga de la “Play Station 2”.

Se encendieron las luces y tocaba desperezarse un poco y volver a la carga. Entramos en una oscura Nave 16, uno de los espacios principales del Festival LEV, no muy lejos de la plaza matadero y un hombre armado con una extraña guitarra sin clavijero emergió del humo en el escenario. Esta vez era el turno de Eli Keszler & Nate Boyce. Sonidos electrónicos bastante industriales y unas cinemáticas frenéticas en las que los colores se mezclaban, giraban y difuminaban teñían el humo de diferentes tonos creando una atmosfera surrealista.

Después de esta tempestad vino una relativa calma. Digo relativa porque la siguiente en subirse en el escenario fue Kelly Moran. Al ver a esta chica ajustarse el teclado y el resto de su material me transmitía una sensación de serenidad y de calma. Pero esta sensación duró lo mismo que tardó en pulsar la primera tecla de su piano. Pese a tener un acompañamiento acústico bastante relajado, ella era una un huracán en sí misma. Ráfagas interminables de notas a una velocidad tan vertiginosa que me hacían sentir el cansancio en mis propios dedos.

Tras tomarse Kelly un merecido descanso y para cerrar mi visita a este festival, quedaba la actuación de Alessandro Cortini. Arrancó con unas cinemáticas bastante extrañas y todo ello sumado a unos sonidos electrónicos muy ruidosos y fuertes creaban una atmosfera algo perturbadora. Ver esas imágenes de gente con collarines de perro, que se cruzan sin mirarse. Planos de gente sola y con poca interacción entre ellas hacía que independientemente de decidir si me gustaba o lo odiaba, me quedase mirando fijamente y buscarle una correlación a todo lo que estaba viendo.

Esta última jornada de la primera edición del Festival LEV en Matadero Madrid transcurrió con mucha extrañeza y misterio. La innovación no suele ser un plato sencillo de digerir y todavía estamos analizando lo que pudimos ver en un festival que esperamos continúe creciendo año a año. Puedes ver una pequeña galería de imágenes del evento en nuestro Instagram y pronto traeremos una crónica en vídeo de cómo fue nuestra experiencia por el festival.

Por KUBO

La redacción del Kubo Musical es llevada por Miguel Vico. Porque aspiramos a mucho más: imagina, descubre, comparte.