rosalia

De los conciertos de Rosalía ya se ha dicho todo lo posible. Hemos podido ver su show madurar desde ese primer Sónar, pasando por Getafe, en un festival pequeño como el Cultura inquieta, hasta llegar a la catarsis del Palau y el Wizink de Madrid. Tampoco podemos olvidarnos del ambicioso concierto en la plaza de Colón o su incombustible actuación en el Primavera Sound. Poco a poco, hemos visto como el show de “El mal querer” no ha parado de engrandecerse, e incorporar nuevas canciones al repertorio respetando la esencia del mismo.

El WiZink Center lleno hasta los topes auguraba que la noche iba a ser de proporciones épicas, ante un show que venía de la mano de una artista que ha logrado sobrepasar todas las barreras de la industria musical de nuestro país. El concierto de Madrid abre con uno de los singles de mayor éxito de El mal querer, el aclamado Pienso en tu mirá. Enfundada en un body blanco con cinturón rojo, la catalana es aclamada por un público extasiado a gritos de: “reina de España”, “Diva”… 

Rosalía en su concierto de Madrid

Tras el inicio despojado de florituras melódicas, y sin acompañamiento de bailarinas, el concierto continua con la minimalista A palé, su último hit, impecable y violento, a golpe de siniestros pasos de flamenco, brazos y peinando en el cielo bajo un foco centelleante, reproduciendo la actuación realizada en los Latin Grammys 2019.

Uno de los momentos mágicos de la noche, llegó con el tema Barefoot In The Park, en el que todo el recinto encendió las linternas de sus teléfonos, para acompañar a la artista en un momento de brutal belleza. A lo largo de este tramo del espectáculo aparecen temas más puramente flamencos como Que No Salga La Luna o Maldición. En el repertorio de la noche tampoco ha podido faltar, como de costumbre, un homenaje a Las Grecas, con una versión actualizada del famoso Te estoy amando locamente, y una exquisita versión a capela del tema Catalina perteneciente a su primer álbum Los Ángeles (2017), ante la que las quince mil personas que asistieron al Wizink Center permanecieron en total silencio, como si de un concierto intimista en una sala pequeña se tratase. 

Resulta impresionante lo bien que está hilado el setlist del concierto, viendo al más puro flamenco caminar entre diferentes géneros, pasando por temas como Di Mi Nombre; fluyendo hasta un tránsito electrónico hacia el R&B y hacia territorios de experimentación más oscura, avanzando por temas como De Aquí No Sales y sus famosos rugidos de motos; hasta un contundente jaleo final a la rumba catalana, a través la elogiada Milionària que cierra este tramo del concierto junto con la cálida Dios Nos Libre Del Dinero.

Rosalía y Ozuna en el concierto de Madrid del pasado 10 de diciembre

El segundo tramo del concierto comienza con uno de los temas favoritos del publico, el magnífico Bagdad, que como todo el mundo sabe samplea el afamado Cry me a river de Justin Timberlake; la puesta en escena con una increíble coreografía colectiva junto a sus bailarinas y las telas que pone los pelos de punta, las cuales lanzan un mensaje en favor de la sonoridad femenina. A lo largo de todo este tramo final del concierto aparecen temas como Brillo, o el tema aún no publicado titulado Como Ali, que ayudan a que el concierto fluya de una forma natural al pop con mayúsculas. El concierto llega así a uno de sus momentos cumbre en el que todo estalla en esta nueva versión de Rodolfo Parrita que se ha convertido en una de las partes más excitantes e icónicas de su show, con unas coreografías vertiginosas que recuerdan a la gran Beyoncé

El único tema que vuelva a dejar al público sin palabras es el famoso “A Ningún Hombre» ante el que solo se escucha la voz de Rosalía frente más de 15.000 personas que abarrotaron el Palacio de los Deportes de Madrid, llegando así al tramo final del concierto en el que la Catalana une todos sus hits publicados en 2019. El público enloquece con la aparición de Ozuna desde el primer estribillo de Yo x ti, tu x mi y tras el subidón de la canción del año Con Altura, el concierto vuelva a crecer con la icónica Aute Cuture, en la 15.000 mil personas se dejan la voz al grito de: “madre mía, Rosalía, bájale». El concierto cierra con la joya de la corona, con ese Malamente que ha generado un antes y un después en el panorama nacional, y con el que Rosalía ha demostrado que lo suyo no es lo marketing. Larga vida al arte y el talento de La Rosalía. 

Por KUBO

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