
Atrevida presentando un formato álbum, Paloma Mami deja una aceptable colección de ritmos latinos y traperos
La vocalista de origen chileno y nacionalidad estadounidense Paloma Mami presentó recientemente Sueños de Dalí, su primer proyecto completo con 11 canciones. Por varios motivos merecía la pena ser comentado, entre ellos el crecimiento de la artista, que de presentar sus primeras canciones y colaborar con C. Tangana ha pasado rápidamente a colaborar con Major Lazer y presentar un álbum, irónicamente en uno de los momentos más complicados para este formato.
No cualquiera se lo puede permitir y menos una vocalista, que tanto discográficas como la mayoría de artistas encuentran comodidad en la dinámica de los sencillos que permite trabajar con un modelo de «prueba y error». Por el contrario, Paloma Mami ha decidido trabajar con productores de nivel como El Guincho, Nick Mira o Naja Charles para crear un proyecto que baila en todo momento entre los ritmos latinos y las influencias traperas estadounidenses.
El bombo reggaetonero protagoniza los inicios del álbum con temas como For Ya, Religiosa, Mami o Goteo. Canciones que no proponen en exceso pero que suenan como deben. Quizás es por nuestro carácter poco conformista, pero Paloma Mami suena mucho más atractiva cuando prueba con sonidos distintos. En Frenesí, por ejemplo, demuestra talento vocal con una voz suave en el que hip-hop de bpms bajos nos conquista.
En la primera escucha que hicimos del álbum, no prestamos atención a los tracks y nos quedamos encantados con una pieza lenta en la que la voz de Paloma se entiende a la perfección con una guitarra para crear una de las piezas más simples pero a su vez más valiosas. Fue una mezcla entre decepción y sorpresa cuando revisamos de nuevo el proyecto y nos dimos cuenta de que este track era Dreams (Interlude): interludio como si no se pudiera tomar uno en serio una pieza lenta, interludio como si fuera una especie de aviso para que los que van buscando el reggaeton fácil «esquiven rápidamente la pieza y no salgan damnificados».
Las tres últimas canciones viajan hacia sonidos más estadounidenses y, gracias al trabajo de los productores conseguimos las piezas más dinámicas de Sueños de Dalí. El último single del proyecto, cuenta con la producción de Nick Mira, habitual en las piezas de Juice WRLD, y que con un bucle de guitarra sencillo presenta a Traumada como una de las destacadas del álbum. En Que Wea Paloma pone el foco en los haters: «Siempre con la misma hueá / No sé cómo chucha está pegá’, pegá’ / Le va bien por lo rica que está / Es chilena cuando le conviene na’ má'». Como si la artista tuviera cierto complejo de las críticas, las afronta de manera directa en el cierre, como si quisiera quitarse los fantasmas de encima antes de dar comienzo a una nueva etapa de una próspera trayectoria.
Sueños de Dalí nos deja unas cuantas piezas de calidad dentro del pop latino y Paloma Mami demuestra con un álbum completo una ambición por plantear algo distinto a lo que triunfa en todas las listas de éxitos. Quizás pueda toparse con varias puertas cerradas por este camino, pero si consigue hacerse con varios sonidos icónicos podríamos encontrarnos ante una nueva referencia internacional.