Comentamos nuestras impresiones del nuevo documental de la banda koreana BTS
A falta de conciertos, buena es la nostalgia. Por ello y en una creencia ciega en los cines como un formato de futuro para la industria musical, asistimos recientemente a DJ Snake: The Concert In Cinema y ahora nos hemos vuelto a acercar al cine para ver el nuevo documental del nuevo superéxito internacional BTS. En un momento en el que la banda está dando que hablar más que nunca gracias al estreno de su canción rompe-récords Dynamite, BTS: Break The Silence era una gran oportunidad para indagar en el trabajo de la boy band koreana.
Hábiles, la proyección comenzó con el videoclip completo de Dynamite, sacando provecho de la popularidad que la canción estaba obteniendo, para seguidamente pasar a un anuncio… de una plataforma de contenido audiovisual en el que podrías ver a BTS en las numerosas series y videos que el grupo realiza. Aquí está el primer detalle relevante y que condiciona toda la realidad del grupo (y ni siquiera hemos empezado el documental): los pobres siete integrantes de Bangtan Sonyeondan están continuamente perseguidos por las propias cámaras de Big Hit Entertainment, la discográfica y productora que maneja todo su proyecto. No nos confundamos, el propio grupo alude en algún momento del documental al excelente trabajo que Big Hit hace por ellos y sin duda no es para menos, la revolución musical que están suponiendo sería imposible sin una estrategia clara y bien definida.
Aquellos que hayan visto el anterior documental del grupo, BTS: Burn The Stage encontrarán numerosas y muy interesantes diferencias entre ambos proyectos. Si bien en este primer documental el elemento protagonista de toda la proyección era mostrar el increíble esfuerzo que los miembros del grupo de K-Pop realizaban día tras día para sacar lo mejor de ellos mismos, ahora empiezan a revelar muchos de los problemas de la fama y el esfuerzo incondicional.
Si bien antes todo se trataba de amor, pasión y sueños, en BTS: Break The Silence los miembros del grupo hacen referencia a la necesidad de paz, los sentimientos de soledad, las inseguridades relacionadas con hasta qué punto estás haciendo lo que quieres y muchas cuestiones que vienen inevitablemente asociadas a la fama. Su gira LOVE YOURSELF : SPEAK YOURSELF ha dado un salto de calidad y grandeza en comparación con su anterior gira WINGS, pero eso también se acusa en la exigencia que se pone sobre los artistas que demuestran no estar tan dispuestos a ceder ante todo como quizás habrían estado antes. Ya no entienden de números, ya no comprenden de éxito, ya han alcanzado eso, únicamente comprenden la responsabilidad que han puesto sobre ellos mismos y revelan una impresionante profesionalidad al seguir día tras día exhibiendo lo mejor de ellos (y que con Dynamite han demostrado seguramente estar solo a medio camino de sus posibilidades).
La comparativa entre documentales es muy útil para entender su evolución: Si en Burn The Stage todos hacían referencia a BTS como un conjunto indivisible en el que las piezas forman un todo, en Break The Silence empiezan a percibirlo como un proyecto con personalidad propia en el que cada individuo solo es una simple parte más, vemos hasta a V cuestionarse cual es el límite de erosión de su propia personalidad, conocemos la necesidad de J-Hope de reivindicarse en solitario que canalizó en 2018 en forma de álbum titulado Hope World.
El documental no es una gran revelación si no sabes leer entre lineas. Se suceden las imágenes del grupo en concierto, del grupo de compras, del grupo pasándolo bien y se ponen declaraciones honestas de su realidad (mucho mejor que los mensajes motivacionales y extremadamente falsos de Burn The Stage). Sin embargo, detrás de eso reluce el cansancio, la constante presión de ser seguido por una cámara y la necesidad de transformación que cada uno de los miembros del grupo sienten al darse cuenta de que no hay marcha atrás y que han firmado una especie de pacto con el diablo por la fama y la posteridad.
Nunca volverán a jugar en un campo de fútbol público, su nombre está destinado a difuminarse con su carácter artístico y ser reconocido por la calle será por mucho tiempo una cuestión normal. Ellos están agradecidos de estar donde están y todos estos conflictos no les alejan del increíble e incansable tesón que ponen en cada trabajo que hacen. Ahí reside el verdadero valor e interés de BTS: su energía de dimensiones titánicas que les lleva a hacer uno de los proyectos conceptuales más grandes que se ha visto en mucho tiempo (toda su discografía está basada en Demian, libro de Hermann Hesse, y en la psicología de Carl Jung) y en haberse convertido de manera incuestionable unos de los mayores showmans que hay actualmente en el panorama musical.
Al comienzo del documental, se nos prometió una exclusiva al final del mismo. Terrible decepción cuando resultó por ser una especie de aftermovie de todos los eventos sucedidos durante la gira. Siendo sinceros, esperábamos algún anuncio de magnitud, pero no ha podido ser.
BTS es un grupo a seguir de cerca porque está llamado a subvertir todo el panorama musical internacional (junto a otros grupos como Blackpink, NCT 127 y otros artistas de K-Pop) y adentrarse en su obra, lejos de decepcionar, reinventa la forma de entender las boys bands y la capacidad artística y profunda del pop.