folklore the long pond studio sessions

Limpio y puro como Taylor Swift, la sesión de Folklore es una buena obra introspectiva

La presencia de Taylor Swift en este 2020 ha terminado por ser una de las más grandes dentro del panorama musical. A pesar de que el lanzamiento de su álbum Lover (2019) daba a pensar en un receso temporal de la artista motivado por la pandemia, en su lugar ha decidido poner todas sus emociones en experimentar y presentar sus proyectos más atrevidos y seguramente interesantes hasta la época. Ni siquiera nos ha dado tiempo todavía a cubrir el nuevo trabajo de una artista que, mientras todavía debería estar promocionando el directo de su proyecto Folklore (2020), nos ha sorprendido con Evermore (2020), un nuevo álbum que continúa explorando el universo indie y folk en el que se embarcó en marzo.

Por ello nosotros en esta ocasión venimos a hablar de Folklore: The Long Pond Studio Sessions, una película estrenada en la plataforma Disney Plus y que muestra la primera vez que se toca en directo el octavo álbum de estudio de Taylor Swift. Una grabación que se hizo, con mucho acierto, en el particular estudio de The National, el Long Pond Studio. Una casa de forma particular y caracterizada por su aire rústico y su conexión con la naturaleza. Un espacio magnífico para que Aaron Dessner, Jack Antonoff y Taylor Swift se sentaran a conversar sobre las canciones del proyecto y cómo se desarrolló en medio de la cuarentena.

Intercalando comentarios de cada una de las piezas, la hora y 46 minutos de duración del proyecto se tocan las 17 canciones que forman parte de Folklore, o mejor dicho 16+1, debido a que se incluye The Lakes como canción adicional. Unos directos que suenan extremadamente limpios y que, en general, firman interpretaciones sencillas y sin ofrecer grandes diferencias con la pieza original, pero no por ello se disfruta menos cómo estos tres grandes artistas tocan cada una de las piezas con verdadero cuidado y cariño. Aunque algo decepcionante ha sido la esperada aparición de Bon Iver que, con motivo de la pandemia, no se desplazó al estudio y grabó su voz en diferido para Exile, la sorprendente colaboración entre ambos artistas.

Respecto a los comentarios entre canciones, Taylor Swift generalmente se concentra en la idea conceptual de cada canción y de dónde vienen los sentimientos que definen esas ideas, aunque ocasionalmente hace referencia a la composición musical (sobre todo en compañía de Dessner). Lamentablemente, las conversaciones dan la sensación de ser Swift hablando con un muñeco, puesto que Dessner y Antonoff se pasan la mayoría del tiempo diciendo «sí», «ahá», «totalmente». A pesar de que intervienen en numerosos momentos, al final queda esa impresión de que la protagonista es Taylor y no se la debe quitar más atención de la que sus fans exigen, dirigiendo la conversación en todo momento.

En este proyecto, lógicamente no se habla de su reciente Evermore, aunque entendemos que fue la unión en el Long Pond Studio lo que motivó que siguieran creando y recientemente publicaran por sorpresa el que es su noveno álbum de estudio. Folklore: The Long Pond Studio Sessions es una gran oportunidad para ver otra perspectiva de uno de los álbumes más interesantes de Taylor Swift y, sobre todo, conocer su trasfondo. A pesar de que tengamos que lidiar con el siempre inherente protagonismo de la artista que, quizás no da la oportunidad a conversaciones más técnicas e interpretaciones más humanas, sigue siendo una gran propuesta especialmente pensada en la situación de pandemia en la que no podemos disfrutar de los proyectos en directo.

Críticas de cine musical

Por KUBO

La redacción del Kubo Musical es llevada por Miguel Vico. Porque aspiramos a mucho más: imagina, descubre, comparte.