vernon subutex

Revisamos la relación y la influencia de la música en la serie de éxito francesa Vernon Subutex

«Su tienda se llamaba Revolver. Vernon había entrado como dependiente a los veinte años y se
había quedado con el chiringuito cuando el jefe decidió marcharse a Australia, donde montó un
restaurante. Si el primer año le hubieran dicho que iba a pasarse casi toda la vida en aquella
tienda, seguramente habría contestado que ni de coña, tengo demasiadas cosas que hacer. Hasta
que te haces viejo no entiendes que la expresión «joder, cómo pasa el tiempo» es la que mejor
resume de qué va todo esto.»

En 2015 la escritora Virginia Despentes publica el primer tomo de la trilogía Vernon
Subutex
, protagonizada por un antiguo DJ y vendedor de discos que da nombre a la saga que se
encuentra sin recursos debido a la crisis de la industria musical. El único objetivo de Vernon – y de
todos los que le rodean – es sobrevivir, y para ello, no dudarán ninguno en explotar todas las
posibilidades que se les ofrezca. « No soy un perdedor » : es la frase que más repetirá Vernon para
convencerse de que no ha tocado fondo y ocultar a los suyos (aunque sin éxito) la dureza de su
situación.

La adaptación de Netflix de los dos primeros tomos de la trilogía de Despentes nos muestra
en nueve episodios las aventuras de Vernon en un París donde el punk no es más que un recuerdo y
se ha instaurado la ley del más fuerte. Vernon Subutex es la historia del fin de una época, un estado
confuso y salvaje en el que el « mundo civilizado » ya no tiene cabida. Es el fin de la edad de oro
del disco, y con su caída llega el triunfo de internet, de lo inmediato. En este mundo tan incierto
Vernon parece ser el único superviviente.

Tras haberse visto obligado a cerrar su tienda de discos, la legendaria Revolver, Vernon
acumula deudas e impagos, lo que le lleva a ser desahuciado en los primeros minutos de la serie.
Vernon que no puede seguir permitiéndose vivir en París, una ciudad donde ha triunfado el dinero
sobre el humano y donde los habitantes pagan más de lo que se pueden permitir por pisos en los que
no vivirían ni las cucarachas. Vernon recoge sus cosas, lo poco que le dejan, y se lleva algunos
vinilos. Esos discos que le representan, que cuentan su historia, y que son testigos de su gloria
pasada. Su desahucio es el pistoletazo de salida para sus nuevas aventuras que le llevarán a ir de
puerta en puerta de viejos conocidos en busca de refugio.

Es a través de la música que Despentes construye el relato de Vernon : cada extracto musical
permite conectar con un momento preciso, una persona en particular del pasado de Vernon. A través
de la propia historia de Vernon. Una trama de investigación, chantaje y extorsión sirve de
argumento para estructurar la trama y peripecias de este personaje. Pero el principal hilo conductor
es su propia relación con la música y la crisis de la industria musical. A través de la historia de
Vernon, Despentes narra la gloria, decadencia y fin de una escena musical que creyó que podía ser
eterna.

Cada episodio comienza con los primeros acordes de As Happy As (del grupo francés Les
Thugs
, pioneros del punk en Francia) y no puede ser más representativo. Como dice la letra
«Sometimes it’s hard to wear the mask / When painful names are coming back / Some memories hurt so
bad»
, tanto para Vernon como para todas sus amistades del presente y del pasado que vamos
conociendo, lo que más pesa son los recuerdos, las culpas, los asuntos sin resolver y se hace cada
vez más difícil afrontar el día a día. Mientras Vernon observa con dolor como sus antiguos
compañeros de fiesta se han acomodado a la vida adulta, estos afrontan sus contradicciones al darse
cuenta de que se han convertido en todo lo que menospreciaban veinte años antes. Todos quieren
seguir siendo punks en sus recuerdos, pero en la actualidad tienen facturas que pagar y familias de
las que ocuparse. Vernon recorre todos los estilos musicales (desde el rock de los sesenta, hasta el
punk tardío de los noventa) según va reencontrándose con gente de su pasado y nos muestra cómo
vivir a través de la música, cómo construir un relato propio utilizando las canciones que nos
acompañan. La música se convierte en protagonista en esta saga al mismo título que Vernon
Subutex
.

Con Vernon, descubrimos también una figura central en la escena musical parisina : el
disquaire, es decir el vendedor de discos. Hasta principios de los años 2000, estos personajes
manejaban la escena musical y construían comunidades al rededor de sus tiendas ejerciendo de DJs
y organizando las mejores fiestas del underground. Con el decline de la industria del disco y la
digitalización de los formatos, el disquaire pierde su protagonismo en la escena musical y pasa a ser
casi una especie en extinción abocada a reconvertirse dentro o fuera de la industria o en el peor de
los casos, a la marginalidad. A pesar de la cruda realidad que muestra la serie, no se trata de un
documental. Pero es una ficción cargada de realidad y que refleja los monstruos que surgen cuando
el mundo se descoloca.

Si queréis sumergiros en el universo musical de Subutex, la playlist completa de la serie está
disponible en Spotify.